Historia del senderismo en España

       En España, el hecho de señalizar senderos con el fin de facilitar su recorrido se había producido con anterioridad a 1972 en diversas partes de nuestra geografía, pero siempre con carácter local. Pero puede decirse que el senderismo se introdujo en España a través de la llegada en 1972 de un escrito de la "Association de Tourisme Pédestre" de París a la Federación Española de Montañismo en el que se solicitaba la continuación del itinerario europeo E-4 desde de la frontera en Puigcerdá (Cataluña) hasta la parte meridional de la Península Ibérica.

       Desde ese momento, y para dar respuesta a esa iniciativa, se constituyó el Comité de Senderismo por iniciativa de los señores Enric Aguadé Sans y Joan Cullel, y al final de dicho año se celebra en León la asamblea anual de la Federación en la que se aborda dicha propuesta, decidiéndose transmitir el encargo a la Federación Catalana de Montañismo. Al año siguiente, en 1973, se decide adoptar el sistema francés de señalización y tomar la normativa del país vecino para desarrollar un borrador sobre normativa de señalización y aprobar el "1er. Plan de Senderos".


       Es en 1975, en concreto el 2 de marzo, cuando Enric Aguadé Sans y Joan Cullell pintan la primera marca blanca y roja en Tivissa (Tarragona, España), perteneciente al GR-7, que hoy en día se extiende hasta Tarifa y forma parte de dicho itinerario europeo E-4. El Sr. Aguadé fue una de las personas encargadas en aquel entonces de coordinar la señalización de los primeros 222 km de dicho itinerario. Pasaron sólo unos meses para que la topoguía fuera editada. Fueron sin duda estos años, 1972, 1973 y 1974 los que marcaron un hito en la historia del senderismo en España y el Sr. Aguadé su protagonista más destacado.

       Fueron los años 70 la niñez del senderismo español, en la que se comienzan a crear las delegaciones regionales de la Federación, y en la que el esfuerzo, la ilusión y el altruismo de los precursores de este deporte en España logran vencer la falta de recursos económicos y de experiencia del momento. Fue sin duda el entorno de los Pirineos (Cataluña, Huesca, Navarra y País Vasco) la zona pionera del momento.

       Los años 80 fue la época del contagio del movimiento a las comunidades de Madrid y Valenciana y del desarrollo de los GR, existiendo al final de dicha década unos 8.027 km de senderos marcados y con topoguía publicada. En esta década se produce el fin de la época del Sr. Cullel al mando del senderismo federativo, pasando el testigo al Sr. Domingo Pliego.


       Si los 80 fue el momento de los ST, los 90 lo fueron de los senderos PR. Fue la década de la consolidación, generalización y popularización del senderismo como deporte, y la época en la que dicho deporte transcendió del mundo montañero pasando a ser practicado por la población general. En 1996 el País Vasco es la primera comunidad autónoma que mediante Decreto regula la utilización de las señalización de senderos en su territorio. En 1997 se imparte por primera vez en el Puerto de Navacerrada (Madrid-Segovia) el curso de Técnico de Senderos, una titulación que unifica los conocimientos adquiridos a lo largos de más de 20 años de experiencia.

       A partir del año 2001 el mundo senderista sigue madurando en España, continúa aumentando el número de senderos señalizados y también el número de usuarios. Comienza a estudiarse la repercusión de esta actividad en las áreas no urbanas y se determina su rentabilidad económica en el “Estudio de impacto socioeconómico y medioambiental del senderismo en la provincia de Huesca”.

       A día de hoy existe en España una red de más de 60.000 km de senderos señalizados, desigualmente repartidos, y que se concentran en la zona peripirenaica (País Vasco, Navarra, Huesca, Cataluña), costa mediterránea norte(Valencia, Castellón, Tarragona y Barcelona), Cordillera Cantábrica (Asturias, León, Palencia, Burgos y Cantabria), centro (Madrid y Ávila) y sudeste (Almería y Granada).



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