En esta
nueva entrada quería hablar un poco de una de las actividades que más me
sorprendió, la orientación. No conocía muy bien este deporte y en esta breve
iniciación que hicimos por el parque de Rosalía me resultó muy entretenido.
La orientación es una carrera en la que
los participantes tienen que saber coger la dirección correcta para poder
localizar las diferentes balizas en el menor tiempo posible. Para ello, los
deportistas utilizan un mapa de la zona en el que vienen señalados los puntos
exactos donde se encuentran las distintas balizas. Este mapa es un mapa
geográfico en el cual las diferentes zonas están representadas de una manera u
otra. Las zonas con agua, como ríos o lagos, son zonas azules. Los relevos
montañosos suelen representarse con un marrón oscuro diferenciándolo de las
zonas que se encuentran a nivel del mar o zonas planas, las cuales aparecen en
un tono más claro. Las tierras que poseen una densa cantidad de matorrales,
por las que la dificultad para desplazarse es más compleja, vienen en un color
verde y las construcciones hechas por el hombre, como por ejemplo las casas o
fuentes que puedan haber en el terreno, tienen un color grisáceo en el mapa.
Según por qué zonas se mueva el participante será más o menos fácil avanzar con
una mayor velocidad. Normalmente, los deportistas realizan esta carrera con un
ritmo bueno, corriendo o trotando, para poder orientarse bien y, al mismo
tiempo, ir avanzando más que si fueran andando. Esto cambia cuando se
encuentran con una zona de dificultad alta en la que es muy difícil avanzar. En
estas ocasiones, los corredores avanzan andando, ayudándose con objetos que
puedan encontrar por el medio y deteniéndose más para orientarse bien. También,
los deportistas llevan consigo una brújula la cual les ayuda a localizar el
Norte, punto muy importante en dichas carreras.
Sabiendo un poco más sobre esta
modalidad pudimos ponerla en práctica por el parque. Cuando llegamos al parque,
aprendimos a situar el mapa con respecto al terreno por el que vamos estar.
Después, dimos una pequeña vuelta todos juntos por el parque para mirar las
diferentes zonas que había y cómo salían representadas en el mapa. Luego, para
iniciarnos en esta modalidad, nos dividimos en pequeños grupos de cuatro/cinco
personas para encontrar las diferentes balizas que estaban repartidas por el
terreno. Cada grupo llevaba consigo un mapa donde estaban representadas las
balizas y cada uno de ellos iban saliendo poco a poco del punto de salida. En
cada baliza había una sílaba y cada miembro del grupo tenía que acordarse de
una. Nosotros, mi grupo, empezamos andando observando con detenimiento en que
puntos estaban las balizas y después empezamos a buscarlas corriendo. La palabra
final era SINSALABIMBAM y, para finalizar la carrera correctamente, se la
teníamos que decir al profesor en el punto de llegada, en el punto de
encuentro.
Esta primera toma de contacto con la
orientación ha sido muy divertida ya que nos reímos mucho intentando buscar las
diferentes balizas y trabajamos en grupo para conseguir acabar la carrera lo
antes posible. En este primer contacto, el objetivo no era ganar o perder, sino
que la finalidad era conocer más esta modalidad y aprender a utilizar el mapa.
Espero volver a practicar orientación pronto y aprender más de este deporte tan
divertido y entretenido pero a la vez tan difícil.
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